Peque Diarios

Hola a todos, amigos de pequediarios. ¿Qué tal os va? Os escribo hoy con las pilas cargadas, porque vengo con la madre de la tropa, de un fin de semana sin niños en el que hemos recargado energías de una manera increíble. Los peques se han quedado con dos cracks amigos de hace tiempo, monitores, y que son unas máquinas, pero eso os lo contaremos en otro post.

En este artículo lo que queremos hacer es presentaros esta opción para salidas de fin de semana (o de lo que queráis) buscando descanso, tranquilidad, naturaleza, gusto exquisito por los detalles, ganas de agradar… Para padres como nosotros ideal para un descanso breve. Pero en general, una apuesta segura para cualquiera que disfrute del turismo rural de calidad, del cercano «como en familia» (así nos recibieron Luismi y Ana), pero a la vez profesional y cuidado.

Lo primero que ves es un edificio robusto, no muy grande, de bonita piedra como se ve en tantas casas de la zona. Pero ya desde fuera te das cuenta de que no se ha dejado centímetro sin pensar. Los detalles en las ventanas, en la entrada, en cada tiesto y en cada adorno… una pasada.

Al entrar nos recibió Luismi enseñándonos la casa como cuando llegas por primera vez a la de un amigo. Magníficos los rincones comunes para leer o charlar tomando un café o un vino, con sus mantitas en el respaldo por si quieres taparte las piernas, sus variados libros en las estanterías, los muebles de madera maciza, los detalles… ¡los detalles! ¡Cada vez que pasabas descubres otros nuevos! ¡La de horas que hay metidas en cada rincón para sorprenderte!

Después te llevan a la habitación y te das cuenta de que no vas a tener muchas ganas de salir. Tres tipos de habitación según tamaño, pero todas con la misma firma, la misma mano. La mano de Ana, que es la jefa en este sitio. Junto a Luismi son el alma, la esencia… en fin, una pasada. Cuando hablo de detalles hablo de los cinco sentidos, porque huele maravillosamente en todas las estancias, la luz está cuidadísima, el tacto de la ropa de cama y de las almohadas me ha llamado la atención… Jejeje, os vais a pensar que es mi negocio y estoy haciendo autopropaganda… ¡Pues no!! Ni me han pagado ni espero que lo hagan, sencillamente ha sido una gozada y es de esas veces que te apetece que todo el que quiera encontrar un sitio así, conozca el Hotel Rural: La Posada Real de Las Vegas. A lo mejor te preguntas por qué se llama así, pues porque está en Requijada, a seis kilómetros de Pedraza, y tiene muy cerquita la ermita de la Virgen de las Vegas.

Para terminar os mencionaré algunos detalles más: El comedor muy cuco, la comida cuidadísima y de calidad, a buen precio (y más pensando lo caro que es todo en la vecina y turística Pedraza), las posibilidades de paseos o caminatas más largas, muy variadas, el entorno increíble, las excursiones (Pedraza, Sepúlveda, Hoces de Duratón, o incluso Segovia si no lo conoces a 32 km…) fantásticas.

Pero resulta que además de todo eso, tenemos la sensación de que hemos dejado un par de amigos allí, en una pequeña aldea segoviana, vecina de Pedraza, llamada Requijada.

Bueno, amigos de pequediarios, muchas gracias por llegar hasta aquí, y no lo dudéis. Seguro, seguro, que no os arrepentiréis.